En el mundo de la inyección de plástico, donde la velocidad y la presión son altas, lograr un acabado superficial impecable en las piezas es fundamental. Uno de los defectos más persistentes y problemáticos que pueden deteriorar este acabado es el quemado superficial, que suele identificarse por vetas negras o marrones, decoloraciones o un aspecto quemado en el componente moldeado.
En el exigente mundo del moldeo por inyección de plástico, la fase de prueba del molde es la prueba definitiva. Es donde se ponen a prueba la precisión del diseño y la maestría en su fabricación.